Poema de Josep Lluis Seguí y obra de AdelA CasadO

y ya empezó el olvido
ni retener pude el sabor
agridulce del beso
helado el aire com estaba
sucia la noche de sombras
cansado el corazón de inútiles
latidos inmunes al pápito del deseo
qué lejos estábamos cuando apenas
habíamos despegado los labios
la mirada huidiza el torpe
gesto de retener la fugacidad
de una estrella en su huida
girones de piel o palabras
promesas gastadas quedaron
sobre el banco de madera del parque
donde una vez fuimos ilusión
cuando ya sabiamos que ahí empieza
el olvido, el olvido